Es habitual que nos digáis que ser casa de acogida es muy duro, te encariñas del animal y cuesta mucho dejarle marchar, pero creednos..la experiencia de verle marchar, crecer y ser feliz con una familia apta para toda su vida, viendo como evoluciona gracias al seguimiento posterior, es gratificante, ademas cuando una marcha, otro que no ha tenido tanta suerte, tiene su segunda oportunidad.
También tenemos en cuenta la experiencia, los gustos o la disponibilidad de las casas de acogida, si es algo puntual, a largo plazo, o como emergencia de noche o fin de semana.